lunes, 10 de diciembre de 2012

Debate sobre ciclistas en la ciudad

Polémica por cartas en El Mercurio

Desde el jueves 6 de diciembre, se han venido sucediendo en la sección de cartas de "El Mercurio" una serie de cartas a propósito de la actividad ciclista en la ciudad. Personas en contra y a favor. Críticas y elogios. Se han dicho grandes verdades, verdades a medias y también embustes. 
A propósito de la carta de doña Alexandra Feuereisen E. -que dio inicio a este debate- en que critica a los ciclistas a los que denomina como "nueva especie" -más allá de la cierta enumeración de infracciones ciclistas que señala- el tono de la carta puede hacernos caer a muchos en la tentación de iniciar una suerte de espiral poco amistosa entre las partes en aparente "disputa": peatones, automovilistas y ciclistas, lo que sería un error garrafal

En primer lugar, al compartir un espacio limitado -como la infraestructura vial- creo que es más sensato alejar de nuestro léxico la separación odiosa del"ellos" (los ciclistas, los automovilistas, etc.) y el "nosotros". Prácticamente todos,  -peatones, ciclistas y automovilistas-  experimentamos, en cierto momento, alguna de estas condiciones.Y lo seguiremos haciendo. La especie es la misma: seres humanos. El modo de movilizarnos a diario por la ciudad no nos convierte en personas distintas.

Aclarado este primer punto, señalar que muchas de las faltas e infracciones que cometemos a diario los ciclistas se deben a falta de información, desidia o, peor aún, falta de respeto. Mal. Por ejemplo: la vereda es sólo de los peatones. Los ciclistas -de acuerdo a nuestra Ley de Tránsito- debemos movilizarnos por la calzada, excepto en aquellas vías en que existan ciclovías. Mucho ciclista no lo sabe, o peor aún, sabiéndolo no lo cumple, por miedo a un accidente. Y ahí el cuestionamiento se transfiere a los automovilistas.

Eso, para partir. Las autoridades de Transporte debieran aprovechar el "boom ciclista" que trae el buen tiempo cada año para diseñar e implementar una política pública que incentive un uso responsable de la bicicleta en las ciudades. Esto incluye a peatones y automovilistas. El ejemplo de Holanda y Dinamarca está a la vista. Destaco que la tarea es de todos, y así lo demuestran innumerables agrupaciones ciudadanas (como "Macleta", "Pedalea por la calle", etc.), que están ayudando a crear conciencia entre los ciclistas acerca de DERECHOS y DEBERES.

Por último, comentarle a dona Alexandra que la bicicleta en Chile le lleva unos 30 años de ventaja al automóvil, y se los seguirá llevando, incluso cuando se acabe el petróleo. ¿Quién es la "nueva especie"? ¿Ciclistas o automovilistas?

lunes, 8 de octubre de 2012

Ciclismo-Zen




Convivir con el stress motorizado de Santiago puede desalentar a muchos/muchas a decidirse a tomar la bicicleta y dejar atrás días de agobio y frustración, ya sea en el auto o el transporte público (micro o metro).

Mi impresión es que si nos enfrentamos a esta realidad con un espíritu de paz y paciencia, podremos disfrutar mucho más la experiencia cletera en la capital, y nos evitaremos muchos malos ratos.

Por ejemplo, es normal que a la hora peak de la tarde (entre 18.00 y 20.00 hrs), al subir por la "ciclovía" del Parque Uruguay (el que bordea la ribera sur del Mapocho, paralelo a la Costanera A. Bello), los automovilistas copen y se queden "atorados" en los pasos peatonales y de bicicletas en los puentes Lyon y Los Leones. Pocos hacen un esfuerzo por permitir que tanto peatones como ciclistas puedan cruzar la atestada calle. La reacción natural sería decir "¿Cómo son tan %#¡...? antes de cruzar debieran haber previsto que su auto iba a tapar el cruce!" Muchos de los ciclistas que suben (o bajan) a esa hora, les alegan y los miran con cara de pocos amigos, lo cual es muy comprensible... pero, lo cierto es que no van a mover su auto, y la mayoría de las veces, tendremos que bajarnos de la bicicleta y sortear los vehículos, con la precaución que algún "vivo" no nos atropelle al doblar en segunda fila. La realidad es ésa. Y ustedes entenderán, que el plan no es convertirse en instructor de manejo ni en carabinero de tránsito, por lo que desde hace un buen tiempo, opté por asumir el poco respeto que nos tienen los automovilistas y sencillamente, perdonar su falta de delicadeza y cultura. Esto significa que: no me enojo, no les pongo mala cara ni los insulto... sencillamente, trato de ponerme en su lugar y me dan mucha pena ahí metidos en el taco.

¿Estoy siendo muy idealista? Quizás, pero luego de casi 2 años en bicicleta por Santiago, esta opción ZEN me ha dado buenos resultados. No he tenido ningún accidente, incidente, ni pelea ni nada por el estilo.

Sin embargo, de vez en cuando, nos topamos con algunos/as que nos llenan el vaso. 

Me pasó la semana pasada. Esta vez por la mañana, bajando por el borde del río al llegar el Puente del Arzobispo. Tan pegados estaban los autos sobre el cruce de peatones (debidamente demarcado), que no podía pasar con mi bicicleta, y difícilmente pasaba caminando. Cuando miré a los ojos a la conductora (una mujer de unos 38-40 años) suplicándole que se echara un poco para atrás y así poder pasar, simplemente me ignoró. Como ya estaba al medio de la calle, y tenía todo mi derecho a cruzar, no me quedó otra que tomar mi bicicleta y cargarla al hombro, para así poder pasar entre el parachoques del auto de esta mujer y el de la que la antecedía... Mi sorpresa fue cuando al subirme a Maggie Mae al hombro, rocé con la rueda delantera el capó de su Subaru Legacy... El personaje me empezó a tocar la bocina con cara de enojo. No me quedó otra que mirarla y hacerle un gesto de que estaba loca... para seguir tranquilamente mi camino. Gente zafada se puede encontrar todos los días. Pero espero que con mi actitud se haya quedado pensando en su falta de respeto.

También la semana pasada, a eso de las 18.30 hrs. subiendo por Merced, casi al llegar a Miraflores, una camioneta repartidora se colgó a la bocina detrás mío (yo iba por la pista del medio). Al pasarme por la derecha, el tipo me gritó algo y pasó raudo... para 30 metros más allá tener que detenerse en la luz roja. Al llegar al semáforo, me puse al lado de la ventanilla del conductor y me dijo "Casi te atropello, anda por la vereda". Con la mejor cara, le dije que la Ley de Tránsito considera a la bicicleta un vehículo y, por lo tanto, debemos andar por la calzada, no por la vereda. Creo que mi tranquilidad al contestar lo sorprendió y bajó las revoluciones. Le desee suerte al dejarlo atrás en el taco cuando dieron la verde.

A lo que voy con estas dos anécdotas, es que siempre podremos optar por el camino fácil y dejar que se nos contagie la irascibilidad y agresividad con que conducen una parte de los automovilistas santiaguinos. Como ciclistas, creo que no debemos caer en esto. Nuestra mejor carta de credenciales es ser educados y no responder a la violencia con más violencia. ¿Es difícil lo que digo? Sí, porque uno a diario se topa con faltas de respeto que lo asombran, no sólo con nosotros, sino que entre los propios conductores. 

Mi mensaje es que nos distingamos de la paranoia motorizada en que se ahogan nuestros congéneres automovilistas y le regalemos a nuestra ciudad el sentido común y la alegría que la bicicleta nos entrega todos los días. Porque... a fin de cuentas... por algo nos bajamos del auto y optamos por la bicicleta...!

:)


sábado, 29 de septiembre de 2012

Las Nenas (II): MARGOT - Oxford Retropolitan 2854 (2009)

Margot: Oxford Retropolitan 2854



El origen de la bella Margot está ligado a París.

Fue tras un viaje a la capital francesa -el año 2009- en que tomé real conciencia que la mejor y más eficiente manera de moverse en una ciudad moderna es, por lejos, la bicicleta. El sistema público de bicicletas parisino, Velib, ofrecía una enorme gama de puntos para tomar una bicicleta y moverte por toda la ciudad. ¿Por qué no vivirlo en Santiago de Chile?
Cuando regresé a Chile, no tenía dudas que un buen regalo de cumpleaños para mi polola sería una bici "de ciudad". La compré por y para ella, pero -lamentablemente- cuando terminamos, me dejó a Margot... y no tuve más alternativa que caer rendido ante los encantos de esta belleza.


Chilena, con aires británicos y holandeses

A pesar del nombre con que fue bautizada, esta criolla Oxford es -estéticamente- fiel copia de las antiguas bicicletas para dama de la época victoriana y eduardiana inglesa (ppios. del siglo XX). Luego, los holandeses desarrollaron a la perfección este modelo. Me han parado en la calle y me han comentado que parece una bicicleta "como las que ocupan en Holanda". Y es cierto. En los Países Bajos abundan bicicletas como Margot

Especificaciones Técnicas: desnudando a Margot



De acuerdo a la tradición Margot es una bicicleta "para  dama".  Se trata de una bicicleta alta para la altura promedio de la mujer chilena. El tubo vertical del marco mide casi 58 cms. (22.7 pulgadas) lo que la convierte en una bicicleta de engorrosa subida y maniobra para alguien que mida menos de 1.75 m. 

Ahora, ¿se han preguntado por qué en el modelo "para mujer" el tubo tranversal del marco es curvo y hacia abajo, y en el modelo "para varón" el tubo transversal es recto? 
¿No debiera ser al revés?... 
Sin entrar en descripciones anatómicas básicas, pareciera que sí. 
Mi teoría es que el tubo bajo no tiene que ver con las características anatómicas que nos diferencian a hombres y mujeres, sino que con un tema estético y ergonómico: en aquellos años (1900-1910) las damas no ocupaban pantalones, sino faldas y vestidos, por lo que el tubo superior "alto y recto" era un impedimento tanto para subirse a la bicicleta como para pedalear con falda. Quite interesting.



Vista del marco y de la forma de los tubos. Se nota la curvatura en forma de elipse del tubo superior. También puede apreciarse la pronunciada inclinación hacia atrás de los tubos verticales. 

Cuando acogí de vuelta a Margot, tuve que sacarle el canasto de plástico marrón que traía anclado al manubrio... ya que ese detalle práctico y estético no me acomodaba mucho. Aún lo conservo.

Volvamos a las especificaciones técnicas.

lunes, 10 de septiembre de 2012

Las Nenas (I): MAGGIE MAE - Pashley Roadster Classic (2012)

Pashley Roadster Classic (2012)




In the beggining... back in 1926

Las bicicletas Pashley (Inglaterra) fueron fundadas en 1926 por William "Rath" Pashley. Su fábrica está ubicada en la misma ciudad en que nació Sir William Shakespeare, Stratford-upon-Avon, y es de las pocas compañías inglesas que en la actualidad fabrican bicicletas a mano. Esto, porque la mayoría de las marcas clásicas inglesas RaleighPhillipsB.S.A., lamentablemente, se extinguieron.

Por lo tanto, estamos frente a más de 80 años de tradición en construcción de bicicletas urbanas, lo que las convierte en piezas de excepción, por su acabado, sus detalles y la calidad de sus componentes. 
Si quieren saber más de estas fenomenales bicicletas, pueden visitar http://www.pashley.co.uk/

Dreaming with Maggie Mae

Cuando en 2009 comencé a irme esporádicamente en bici al trabajo no tuve dudas que tenía que ser en una bici "urbana", en que la posición fuera erguida, no como en las mountain bikes. Para moverse por la ciudad, especialmente por la visión panorámica que te entrega y porque te hace más visible a los autos, la posición erguida es -en mi opinión- la mejor elección.

Mi primera bicicleta de este tipo fue -circunstancialmente- una Oxford Retropolitan 2854 (año 2009), más conocida como Margot. Ya contaré en detalle su historia en una futura entrada. La gran Margot me acompañó fielmente hasta julio de 2012 en mis correrías por Santiago. La primera semana de agosto había llegado desde Inglaterra quien es hoy la primera en la lista: Maggie Mae

La historia empezó unos meses atrás.
Cautivado por la simpleza del clásico modelo Roadster inglés, empecé a buscar en internet algún fabricante que continuara haciendo bicicletas de ese tipo. Gracias al fenomenal blog http://lovelybike.blogspot.com/, pude llegar a uno de los mejores análisis de la Pashley Roadster que pude encontrar: http://lovelybike.blogspot.com/2011/03/pashley-roadster-sovereign-review-after.html

Así que, luego de hacer mis cálculos y conversar con el Tesoro Público, me decidí a comprar un modelo Classic a través de la tienda http://www.becykel.cl/Inicio.html, que desde el año pasado es representante de la marca en Chile. Por supuesto que analicé comprar la bici directamente en Gran Bretaña, lo que bajaba su costo FOB en UK a la mitad, pero la internación lo multiplicaba a casi 4 veces el precio original, por lo que opté por seguir el "conducto regular".

Entenderán que habiéndola comprado a principios de mayo... la espera fue una prueba a la paciencia y el control de la ansiedad personal. La gente en Becykel es muy responsable y seria, por lo que no me hicieron falsas ilusiones y, debido a que decidí abaratar costos trayéndola en flete marítimo... la fecha original de llegada era para el mes de septiembre! ¡4 meses! guau... Era mucho tiempo. Con sólo decirles que llegué a soñar con pedalear en ella, jeje. Bueh... la paciencia todo lo alcanza y así fue como a finales de julio recibí un bendito correo de la tienda, en que me decían que la bicicleta se había adelantado un mes! Fui un terrícola muy feliz en ese momento. Y la felicidad se elevó al Cielo y a todos sus benditos Santos cuando al viernes siguiente fui a buscar a esta preciosura a la tienda en Avenida Italia. Armada, lista para ser pedaleada y convertirse en la primera Pashley Roadster Classic en circular por el asfalto de Santiago de Chile.


Especificaciones Técnicas



La Roadster Classic es una bicicleta grande y, para los ciclistas acostumbrados a las mountain bikes y al aluminio, será una bici pesada. El marco es puro acero, lo que la hace llegar a un peso cercano a los 20 kilos. Sin embargo, tiene un andar suave y tranquilo, que no implica mayores esfuerzos en la ciudad, gracias a sus excelentes componentes y a la maza trasera de 3-velocidades Sturmey Archer. Realmente una delicia. Lo comprobé subiendo el Cerro San Cristóbal con ella, y en el cambio liviano (1) no fue necesario detenerme o siquiera pararme en los pedales para ganar fuerza. Trepaba como una ardilla. El modelo que sigue, la Roadster Sovereign, que trae un sistema Sturmey-Archer de 5 velocidades, te entrega incluso más variedad de ratios entre velocidades.

Esta Roadster Classic tiene una altura del marco de 22.5 pulgadas (casi 58 cms.). Existen otras dos versiones, con medidas de 20.5" y 24". Para una persona con una altura entre los 1,80 m. y los 1,85 m., creo que la 22,5 es una medida razonable. Aparte que el modelo de 24" tiene doble tubo, lo que a mi gusto, rompe un poco con la simpleza estética del modelo.

Otro punto a tener en cuenta es que el tubo del asiento es bastante largo, lo que permite subirlo y lograr la posición más confortable para una persona que sobrepase los 1,80 m.

Como pueden apreciar en la foto a la derecha, la bicicleta trae un práctico bombín cromado que se engancha al tubo vertical del marco.




Empecemos por las ruedas: estamos ante una bicicleta con las clásicas llantas "Aro 28". Cada rueda cuenta con rayos de acero de 2,3 mm. Las llantas son negras.




La medida exacta del diámetro de la rueda es 28 1 x 1/2, lo que equivale a "635" milímetros en medida ISO, antiguamente ETRTO (European Tyre and Rym Technical Organization)El número "40" corresponde al ancho (mm) de la llanta. Cuidado al comprarse cámaras y neumáticos nuevos y confundirse con las "28" que son una medida más pequeña, la 622 (mm) ISO.  Recomiendo guiarse por la medida ISO, más que en la medida de fracciones  (28 1 x 1/2) o en la francesa (700 B).






Los neumáticos que vienen de fábrica son los excelentes SCHWALBE alemanes, modelo Delta Cruiser. Tienen una  capa protectora antipinchazos de hasta 4 mm. En 7 semanas pedaleando por Santiago, aún no he sufrido ninguna panne por pinchazo. Destaco que logran un muy buen equilibrio entre velocidad y estabilidad al andar.


El manubrio tiene una forma en alas de gaviota que lo hace muy cómodo para maniobrar. Es de aluminio cromado y permite una altura ideal para pedalear erguido en Maggie Mae. En esta foto se logran apreciar su campanilla (suena bien fuerte!) en el ala izquierda, y el gatillo Sturmey-Archer para pasar los cambios (3) en el ala derecha.


Otra vista del manubrio, esta vez frontal (al extremo derecho se alcanza a ver al perrito Gastón!). La luz que aparece en esta foto, no viene con la bicicleta, es marca Soma y funciona con pilas AA entregando una potente luz LED. Esta es otra diferencia con el modelo Roadster Sovereign, que viene con un dínamo delantero Sturmey-Archer incorporado y luz delantera.






El asiento Brooks B33 merece comentario aparte. Ideado para resistir elevado peso y el trajín de una bicicleta de trabajo, lo compone una cubierta de cuero genuino sostenido por 3 gigantescos resortes (dos traseros y uno frontal), que permiten disfrutar de un apacible viaje sobre él. Al poco andar, el cuero comienza a tomar la forma de cada cual, lo que aumenta mucho la comodidad. Estéticamente, es una maravilla, con sus resortes cromados y su logo Brooks.





Vista lateral del asiento Brooks B33.









Diseñada para ser utilizada durante todo el año, y bajo las peores condiciones climáticas (en Inglaterra la lluvia es mucho más frecuente que en Santiago de Chile), la Pashley Roadster Classic está equipada con tapabarros frontales y traseros, protecciones laterales y un cubrecadenas completo, que protege del agua y las salpicaduras tanto a las piezas de la bicicleta como al ciclista. 


En la  foto anterior, pueden apreciarse también los excelentes pedales de aluminio con gomas antideslizantes y reflectantes.


El sistema de cambios es un Sturmey-Archer (XRD-3) de 3 velocidades. Como lo mencioné previamente, el modelo Roadster Sovereign cuenta con un sistema S-A de 5 velocidades. Este mecanismo fue ideado hace más de 100 años y funciona igual que la caja de cambios de un auto. Todo el intrincado sistema de manecillas está al interior de la maza trasera, lo que impide que se ensucie y evita someter a la cadena a diferentes tensiones (como en el sistema de piñones externo). En mi opinión, las 3 velocidades son suficientes para enfrentar el pedaleo cotidiano en una ciudad como Santiago. Como ya comenté previamente, pude subir el Cerro San Cristóbal sin problemas en el cambio más liviano.  

Aquí un acercamiento al cable que activa (tensa o relaja) la pequeña cadena que se inserta en la maza trasera y que permite cambiar las velocidades. Requiere una precisa calibración para evitar cualquier problema al cambiar de velocidad. Debiera también protegerse ya que se trata de una de las partes más delicadas de toda la bicicleta. Sturmey-Archer vende por separado el cubre cable (aún no lo compro).

Zoom a la maza trasera Sturmey-Archer XRD 3, con freno de tambor.

Esta foto permite apreciar el cable que activa el freno de tambor en la maza trasera. Ambas mazas  tienen frenos de tambor.

Zoom al sistema de frenos de tambor en la maza trasera.


Respecto a la funcionalidad de la bicicleta para irse al trabajo en ella o cargar cosas (bolso, maletín, panniers, etc.), cuenta con una parrilla de acero negra, la cual tiene un resorte que permite asegurar lo que queramos transportar sobre ella. En esta foto se puede apreciar el pedestal doble que permite estacionar la bicicleta en cualquier superficie plana.






Vista de la maza delantera, con el sistema de frenos de tambor (accionado por cable) Sturmey-Archer.












Detalle de la luz delantera marca SOMA. Aporta una luz LED que se activa con 2 baterías AA. No viene originalmente con la bicicleta, la compré separadamente a través de Ebay. Es liviana ya que está hecha de plástico cromado. Viene con el soporte y las baterías.









Cuando ya cumplí casi 7 semanas ocupándola de lunes a viernes para ir a mi trabajo, sólo puedo agregar que la compra bien vale su precio en oro. Sin duda, se trata de una bicicleta de excepción y que te debiera acompañar por toda una vida.

Un abrazo a todos, a seguir pedaleando por la vida,
Cris.

Foto: Joao Santos Madeiros (AKA Antonio Vergara)


jueves, 30 de agosto de 2012

Decálogo del buen pedaleo santiaguino (versión 2012)


  1. Las veredas son para los peatones. Si debo subir a la vereda, me bajaré de la bici y caminaré tranquilamente con ella a mi costado. 
  2. No por ir más rápido en bici llegaré antes a mi lugar de destino.
  3. Privilegiaré calles con poco tráfico e, idealmente, sin micros.
  4. Ojo con los peatones que cruzan la calzada: son, por lejos, el mayor peligro para los ciclistas y la principal causa de accidentes. Cruzar intempestivamente a mitad de cuadra es deporte nacional.
  5. Si me gusta andar en bicicleta escuchando música con audífonos, por mi propio bien y el de los demás, pedalearé en casa en una bici estática.
  6. Si al llegar a una luz roja o una esquina hay otro ciclista esperando antes que yo, me colocaré detrás de él o ella. Respeto. Al igual cuando uno espera el ascensor.
  7. Ocuparé casco en la ciudad. Lo dice la ley chilena. 
  8. En invierno, la clave es cubrirse bien las orejas y las manos.
  9. En la calzada (calle) tienes los mismos derechos que un auto o una moto, no te pegues tanto a la cuneta, ocupa tu pista con prestancia y personalidad.
  10. Sonríe, la ciudad se disfruta 1000 veces más arriba de una bicicleta.

jueves, 23 de agosto de 2012

A la pega en bici

"...y, ¿cómo lo haces?" "¿Qué complicado, no?" "¿Y en verano, llegas todo transpirado?" "Tienes ducha en la oficina?" "¿Y la pendiente?"

Clásicos comentarios que me ha tocado escuchar desde que hace 14 meses decidí utilizar una bicicleta Oxford Retropolitan 2854 (AKA "Margot") para ir a trabajar diariamente al centro. Originalmente, eran 3.5 kms., que cubría en 17 minutos aprox. Desde abril de este año, la distancia se duplicó (7 kms.), y hoy me toma entre 30-35 minutos de bajada y entre 38-42 minutos de subida.

Si ocupara el Metro, quizás demoraría menos. Un poco menos. 20 minutos en total, quizás. Pero el Metro de Santiago, especialmente a las horas puntas (y en verano), puede convertirse en una jaula sofocante que trato de evitar. Aburrido de que los buses del Transantiago pasaran frente al paradero sin detenerse, y cansado de observar cómo la evasión era pan de cada día, la bicicleta apareció como la alternativa perfecta. Y así ha sido.

Respecto a los prejuicios, esos que aparecen como preguntas al principio... si se dan cuenta, todos los "inconvenientes" planteados -por mis amigos y conocidos- son absolutamente superables y llevaderos, con un poco de esfuerzo y voluntad. Nada es tan terrible. Por ejemplo, ítem ropa... decidí dejar un par de tenidas (chaquetas, pantalones y zapatos) permanentemente en la oficina. Así, me muevo en una pinta más cómoda para pedalear, y tampoco transpiro las camisas. Cada día me llevo una camisa en un bolso lateral que me cuelgo al hombro. ¿Y en verano? Simple. Polera dri-fit, pantalón hasta la rodilla y un casco liviano con más aberturas que permita pasar el aire... se transpira igual, pero nada que no se pueda superar teniendo una toalla de mano en un cajón. Y listo! El resto son estructuras mentales que -lamentablemente- nos auto-bloquean.


Creo que cada vez serán más los santiaguinos que decidan dejar el auto y se dejen cautivar por la bici en trayectos urbanos menores a 10 kms. Ese kilometraje es la distancia más larga sugerida para moverse en bici por la ciudad. ¿Y el desnivel? Entre Tobalaba y La Moneda, la diferencia de altitud es sólo de 60 mts., por lo que la subida no es excusa. En todo caso, si la autoridad aumentara y mejorara las ciclovías existentes, claramente, la situación ya no se vería tan "sacrificada" y pasaría a ser mucho más "amigable" para quienes deciden irse a la pega en bici en este Santiago del siglo XXI.

Un abrazo a los actuales y a los/las futuro/as compedales.




viernes, 20 de julio de 2012

Manéjate por la vida

El Gobierno, a través de la CONASET (Comisión Nacional de Seguridad del Tránsito) ha lanzado la campaña "Manéjate Por la Vida" a través de varios spots publicitarios. Me parece excelente la iniciativa. Ayuda a crear conciencia entre los ciudadanos sobre el respeto de la señalética y otras normas viales.

Adjunto los links de los spots:



jueves, 19 de julio de 2012

Ciclista: ¿Vereda o calle?

Uno de los primeros desafíos a los que uno se enfrenta al subirse a una bicicleta -e intentar desplazarse por la ciudad- es el desconocimiento general que existe sobre la normativa de tránsito local. Y ni hablar de la que regula a las bicicletas en Chile lindo y querido.
Para sorpresa de muchos ciclistas, la Ley N° 18.290, más conocida como Ley de Tránsito, establece las normas generales que debemos cumplir en zonas urbanas y rurales. 


Primera sorpresa: la ley considera a la bicicleta un "vehículo", por lo tanto, el ciclista no puede considerarse un peatón ni tiene sus derechos (si se baja de la bici y camina con ella al costado, volverá a ser considerado peatón). 

Segunda derivada: de acuerdo a la Ley de Tránsito los vehículos deben utilizar las "vías" destinadas para que se desplacen. Es decir, las calles.

Tercera conclusión: las bicicletas no deben desplazarse por la vereda (o "acera", como las define la ley), ergo, deben andar por la calle, y respetar semáforos, pasos peatonales y todas las normas que les sean aplicables.

Otros puntos a tener en cuenta:
  • Las bicicletas deben contar con elementos reflectantes (art. 72) y circular permanentemente con sus luces fijas encendidas (si es que tienen). Glup! el 90% de los ciclistas en Santiago no cumple esta norma.
  • El conductor de una bicicleta está obligado a utilizar casco en zonas urbanas (art. 80). Felizmente, cada vez son más los ciclistas que ocupan su casco. Su no uso es considerado una infracción menos grave (art. 201 n° 14), multa: 0,5 - 1 UTM (entre $19.500.- y $39.000.-). Un buen caso Nutcase cuesta $34.000... No hay donde perderse.
  • Obligación de señalizar los virajes con el brazo (art. 138). 

Mi impresión es que estas normas se cumplen MUY POCO, y eso porque no existen campañas públicas de educación vial y porque Carabineros ya tiene suficiente pega con los automovilistas. El desconocimiento es total. Y eso nos incluye a los ciclistas... pero eso se puede remediar con cultura vial. A eso apunta este comentario. El que sabe, maneja con confianza. El que no, puede causar un accidente y matar a alguien. Una ciudad como Santiago, con un parque automotriz que sobrepasa el millón de unidades, no puede darse el lujo de que sus atochadas calles sean un campo de batalla donde la SUV más grande gana.

Los ciclistas alegamos contra los autos,  contra los peatones, nos sentimos huérfanos de padre y madre ya que nadie nos quiere, ni en la calle ni en la vereda... mmmm.... 

De mi experiencia, los que menos nos quieren son los peatones, pero con justa razón. ¿O qué sientes cuando una ciclista te pasa casi rozando por la espalda...? ¿o cuando sientes el "ding ding" de un ciclista pidiéndote el paso? Los ciclistas santiaguinos cometemos con el peatón las mismas faltas que luego les enrostramos a los automovilistas... 

Si bien los automovilistas, en general, se complican cuando tienen que compartir el espacio con un ciclista, los que tienen comportamientos agresivos son los menos. No incluyo a micros ni a taxis, porque -lamentablemente- el stress de la calle los convierte en la principal amenaza para un ciclista que pedalea por la calle. Ciertos taxistas acostumbran adelantarte al filo, a escasos centímetros, en una clara señal de amedrentamiento. El ciclista tiene derecho a ocupar una pista en todo su ancho, igual que un auto o una moto, por lo que si quieren adelantarte (o sobrepasarte) no debieran invadir la pista que ocupas. La situación mejoraría si el conductor respetara el 1,5 mts que se aconseja como espacio mínimo para adelantar a un ciclista.

En el caso de las micros mi consejo es simple: evita las calles o avenidas donde circulen micros. Si bien los micreros santiaguinos han mejorado bastante su conducta en comparación a los 90', aún están lejos de respetar la vida de un ciclista o un motorista. Y la justificación siempre será: "es que no te ví". Como las vías para micros están situadas al costado derecho, que es el que normalmente ocupamos los ciclistas, la alternativa de sumergirse en la pista izquierda para sortear a las micros, tampoco es segura: te espera el tráfico de autos. Busca vías alternativas a las calles con micros.

Así que... a armarse de valor, comprarse un buen casco, subir el sillín y a la calle se ha dicho!! Si son prudentes y están a la defensiva, les aseguro que no tendrán problemas.

Keep on rollin'!
Cris


Un cambio vital


Nací en Santiago de Chile hace 34 años. He crecido y vivido en esta ciudad todo este tiempo y la he visto crecer, para bien y para mal. Me encanta Santiago. Es una ciudad entrañable. Cada vez que viajo fuera de ella... la extraño mucho. Pero para llegar a quererla he tenido que comprenderla antes. Y muchas veces perdonarla. El proceso no fue fácil ni tampoco ha concluido. Pero me motivó a tratar de aportar mi granito de arena para hacerla una mejor ciudad. Aún tenemos muchos temas en los cuales mejorar.


Sin embargo, me enfocaré en uno de los  catalizadores más saludables para llegar a querer a la capital de Chile como a la persona amada: moverse por sus calles en bicicleta. De la casa al trabajo, del trabajo a la casa, para hacer las compras, principalmente durante los días de semana, y para pasear por ella durante los fines de semana. Pedalear por sus calles y sus parques puede ser una delicia.

Este blog sólo pretende plasmar las impresiones de un santiaguino ciclista, y así incentivar que cada día seamos más los que dejemos el auto y nos subamos a una bici. Pedalear no te va a defraudar y será un cambio vital.

Bienvenidos.
Cris