jueves, 31 de julio de 2014

EN BICI POR EUROPA (capítulo II)

El sillín


Brooks B67
Cuando piensas recorrer más de 2.000 kms en bicicleta... el sillín que elijas será una decisión CRUCIAL. Para tí y para tus amigos de allá abajo, por lo que vale la pena investigar bien antes de tomar la decisión.

Cada vez que consultaba los blogs de experimentados cicloturistas y miraba sus equipos había una cosa que siempre se repetía: el sillín Brooks. A primera vista y tacto pueden parecer un tanto arcaicos e incómodos... pero créanme, no por nada los llevan fabricando iguales desde hace 120 años. Una vez que se dejan "domar" y se amoldan a tu "humanidad"... sentarse sobre ellos es como pedalear apoyado en una hamaca. Mi Pashley tiene un B33, que es uno de los modelos más grandes y pesados. Recuerdo que me tomó unos dos meses para que el cuero cediera y se convirtiera en la cuna que es hoy. Luego, le compré un B67 a la Raleigh DL-1, un modelo pensado para ciudad y con resortes para la amortiguación. 

Así que, luego de revisar cuanto blog encontré, decidí llevarme desde Chile el Brooks B67, que ya llevaba unos meses amoldándose a mi culete. Si bien Brooks recomienda otros modelos para practicar cicloturismo (el B17 y el Flyer, especialmente), no quería comprarme otro asiento (son carozzi). 
El B17 y el Flyer son más largos, pensando en que el ciclista irá un poco más agazapado. Esa es la principal diferencia entre el B67 y estos dos modelos: el B67 es más ancho y más corto. Decidí correr el riesgo.


Brooks B67 (vista trasera)

Brooks B67


Brooks Flyer
Tanto el B67 como el Flyer además están provistos de resortes. 







El B17 es igual al Flyer, pero no tiene resortes.  
Brooks B17

















No hay comentarios:

Publicar un comentario